Ahora
que encamino mis pasos hacia el alto crepúsculo,
cadáveres de sueños siembran su cal inútil
a lo largo del día.
Mi devoción frustrada no acierta ni siquiera
a imaginar un súbito color entre la sombra.
¡Esta tarde, como todas las tardes,
he perdido una estrella!
– Apareció de pronto flotando sobre el río
y fue como nenúfar transitorio
su anunciación insólita.
Su nombre de rocío
dejó en mis labios avidez lacustre;
y al fin, celeste y evasiva,
se diluyó en derroche de iluminada espuma.
– Vino después a mis hambrientas playas
y era un pez rutilante en mis redes de asombro;
pero sobre la arena se deshizo
su inusitada piel de azogue.
Margarita Paz Paredes (1922-1980)
En Las avenidas del cielo. Muestrario
poético de Aguascalientes y Guanajuato
Benjamín Valdivia, editor.
Metepec, Estado de México, 2018